Somos un grupo de Padres, ex profesores y profesores que tenemos una afición en común; La lectura, y para ello nos reunímos una vez al mes, nos leemos un libro y luego lo comentamos. Sed todos bienvenidos a nuestro espacio de lectura.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Puerta de Toledo Zaragoza
"Los alrededores de la puerta de Toledo eran un hervidero de gentes. Puestos de barberos que igual cortaban el pelo o repasaban la barba que sacaban una muela, vendedores de libros de ocasión procedentes de saqueos realizados durante los penosos años de desmembración del califato, vendedores de esclavos que no tenían acceso al lujoso y exclusivo ma'rid, campesinos de las aldeas cercanas que se desplazaban al alba hasta la ciudad para colocar sus hortalizas, frutas y verduras sin recurrir a los sangrantes intermediarios, equilibristas, vendedores de especias baratas y de pócimas que calmaban todos los dolores y remediaban cualquier enfermedad, faquires de pacotilla, encantadores de serpientes, cuentistas, prostitutas baratas en busca de clientela, afeminados profesionales que se insinuaban provocando a los viandantes y decenas de pordioseros se disputaban un lugar lo más cerca posible de la puerta o en el camino que iba desde ella hasta el ferial del desmantelado circo romano."
Seguimos con la historia de El Salón Dorado La Taifa Tuyibí
La Taifa Tuyibí
La guerra civil en Córdoba, a principios del siglo
XI, no dejó de afectar a
la región y, como en el resto de la España musulmana, el derrumbamiento de la
dinastía Omeya condujo a la constitución de un estado independiente o taifa, cuya capital era Zaragoza. Esta Taifa
limitaba al sur con la pequeña Taifa de Albarracín, gobernada por los Banu Razin, y que ocupaba una zona de la actual provincia de Teruel, que incluía Albarracín, la
propia Teruel y llegaba hasta la actual Montalbán.
Zaragoza comprendía por el oeste las ciudades de Medinaceli, Soria, Calahorra, Arnedo, Alfaro y Tudela y llegaba por el este hasta el curso
del Cinca, con ciudades como Barbastro, Monzón, Fraga y Lérida, la más importante, que no siempre acató la autoridad del rey de
Zaragoza.
Mundir I fue el primer rey taifa de Zaragoza y comenzó a ejercer
su poder en 1018 titulándose hayib, o "mayordomo de
palacio", que era el rango que ostentaron Almanzor y sus descendientes, y que adoptaron los primeros reyes
de taifas para significarse en su poder independiente. Quiso Mundir dar a
Zaragoza categoría de gran corte, y, para ello, comenzó a remozar edificios
como la mezquita aljama de Zaragoza (emplazada donde hoy está la Catedral), que fue ampliada, y a construir unas nuevas
termas. Además se rodeó de secretarios-poetas entre los que destacan Ibn Darray y Said al-Bagdadi. El gobernador de la taifa de Lérida, Sulaymán ben Hud al-Musta'in (que veinte años
después sería proclamado rey de Zaragoza, iniciando la dinastía hudí) en general acató su poder, aunque hubo entre ellos algunos
enfrentamientos incitados por Sancho el Mayor, su mayor enemigo
exterior, que incluso le arrebató algunas plazas. Para contrarrestarles, Mundir
I se alió con Barcelona y Castilla, logrando mantener en paz su reino. Murió
entre 1021 y 1023.
Hacia 1022 a Mundir le sucedió Yahya al-Muzaffar,
su hijo, que continuó las hostilidades contra Sancho el Mayor. Emprendió una
campaña contra Nájera, logrando cautivos y botín. Se casó con la hermana de
Ismaíl, rey de Toledo a partir de 1028. Fruto de este matrimonio nacería Mundir
II (Mu'izz al-Dawla) que le sucedería a su muerte en 1036.
Mundir II fue el último rey taifa de la dinastía tuyibí, al morir
asesinado en 1038 por su primo Abd Allah ibn Hakam, que aspiraba a ocupar el trono.
Abd Allah solo mantuvo el poder durante
veintiocho días, aunque llegó a acuñar moneda a su nombre, puesto que los
notables de la ciudad comenzaron pronto a conspirar contra él apoyándose
en Sulaymán ben Hud, hasta entonces gobernador de Lérida, que, comprendiendo la
posibilidad de obtener el reino, acudió a Zaragoza. Abd Allah fue finalmente
puesto en fuga y, tras violentas agitaciones, Sulaymán ibn Hud fue proclamado rey iniciando una nueva dinastía: la de
los Banu Hud.
Al-Muqtadir
Abú Yafar Al-Muqtadir, de la dinastía de los Banu Hud, llevó a la taifa de Zaragoza a su máximo apogeo político y cultural. Fue mecenas de las ciencias, de la filosofía y de las artes. Mandó construir el bello palacio de la Aljafería donde se reunieron importantes intelectuales andalusíes.
Al-Muqtadir consiguió reunir bajo su mandato las tierras disgregadas tras el reparto de los dominios de Zaragoza entre sus hermanos hecha por su padre Sulaymán banu Húd al-Musta'in. Solo Yusuf, gobernador de Lérida, resistió durante más de treinta años los intentos de integración de su hermano, hasta que fue hecho prisionero en 1078.
Fue un periodo de máximo esplendor de la Taifa zaragozana, que, en la segunda mitad del siglo XI, solo tuvo rival en la de la Sevilla de Al-Mutamid. Sus fronteras llegaron hasta el Mediterráneo, cuando, a partir de 1076 reunía bajo su dominio las taifas de Tortosa y de Denia, siendo el rey de la taifa de Valencia vasallo suyo.
Sin embargo, la difícil situación de Zaragoza, amenazada por el reino de Aragón de Ramiro I y Sancho Ramírez y en constante litigio fronterizo por las tierras de la extremadura navarra y castellana (Tudela, Soria, Guadalajara), obligaban tanto a Al Muqtadir como a Yusuf de Lérida a pagar parias a sus vecinos cristianos, en especial al poderoso Alfonso VI de Castilla. Hasta el punto de que, en 1081, su sucesor, Al-Mutamán hubo de contratar los servicios de un mercenario castellano, Rodrigo Díaz de Vivar, conocido más tarde como El Cid, que deriva del árabe "sidi" (Señor).
Palacio de la Aljafería
La Aljafería es un palacio fortificado construido en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de Al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíesde Saraqusta. Este palacio de recreo (llamado entonces «Qasr al-Surur» o Palacio de la Alegría) refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el periodo de su máximo apogeo político y cultural.
Su importancia radica en que es el único testimonio conservado de un gran edificio de la arquitectura islámica hispana de la época de las Taifas. De modo que, si se conserva un magnífico ejemplo del Califato de Córdoba, su Mezquita (s. X), y otro del canto de cisne de la cultura islámica en Al-Ándalus, del s. XIV, La Alhambra de Granada, se debe incluir en la tríada de la arquitectura hispano-musulmana La Aljafería de Zaragoza (s. XI) como muestra de las realizaciones delarte taifa, época intermedia de reinos independientes anterior a la llegada de los almorávides.
Las soluciones adoptadas en la ornamentación de la Aljafería, como la utilización de arcos mixtilíneos y de los salmeres en «S», la extensión del atauriquecalado en grandes superficies o la esquematización y abstracción progresiva de las yeserías de carácter vegetal, influyeron decisivamente en el arte almorávidey almohade tanto del Magreb como de la península ibérica. Asimismo, la transición de la decoración hacia motivos más geométricos está en la base del arte nazarí.
Tras la reconquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I El Batallador pasó a ser residencia de los reyes cristianos de Aragón, con lo que la Aljafería se convirtió en el principal foco difusor del mudéjar aragonés. Fue utilizada como residencia regia por Pedro IV el Ceremonioso y posteriormente, en la planta principal, se llevó a cabo la reforma que convirtió estas estancias en palacio de los Reyes Católicos en 1492. En 1593 experimentó otra reforma que la convertiría en fortaleza militar, primero según diseños renacentistas (que hoy se pueden observar en su entorno, foso y jardines) y más tarde como acuartelamiento de regimientos militares. Sufrió reformas continuas, y grandes desperfectos, sobre todo con los Sitios de Zaragoza de la Guerra de la Independencia hasta que finalmente fue restaurada en la segunda mitad del siglo XX y actualmente acoge las Cortes de Aragón.
En su origen la construcción se hizo extramuros de la muralla romana, en el llano de la saría o lugar donde los musulmanes desarrollaban los alardes militares conocido como La Almozara. Con la expansión urbana a través de los años, el edificio ha quedado dentro de la ciudad. Se ha podido respetar a su alrededor un pequeño entorno ajardinado.
Algo de historia de la lectura de El Salón Dorado
Pechenegos: eran un
pueblo seminómada de las estepas de Asia Central que hablaban una lengua
túrquica e invadieron Europa oriental y central arribando a Bulgaria, Hungría y
Ucrania alrededor del siglo IX. Provienen de Asia Central .
Miguel I Cerulario
Patriarca de Constantinopla : Constantinopla,
(ha. 1000) – † 21 de enero de 1059). Patriarca de Constantinopla de 1043 a
1058.
De noble familia
bizantina, Miguel Cerulario (mercader de cera) tuvo ambiciones políticas desde
muy joven. Tomado el hábito monacal, su carrera eclesiástica llegó a la cumbre
al ser nombrado patriarca en 1043 por el emperador Constantino IX Monómaco. En plena
época de distanciamiento entre ambas Iglesias, durante su mandato se
acrecentaron las diferencias que ya separaban a Bizancio y Roma. Acosada
Bizancio por la presencia normanda en el sur de Italia, la posible alianza del
Imperio Bizantino con Roma podría limitar y aun suprimir el poder que Miguel
Cerulario desempeñaba como patriarca. Para impedirlo emprendió una política de
distanciamiento y confrontación, ordenando en 1052 cerrar todas las iglesias y
monasterios latinos de su territorio que rechazasen adoptar el rito griego.
Buscó el apoyo del pueblo planteando las diferencias con Roma en una cuestión
muy querida por el pueblo bizantino: la defensa de los ritos. Así, su política
de propaganda se encaminó a denunciar los errores del ritual latino, para lo
que encomendó al obispo de Ochrida (Bulgaria) la redacción de una carta que,
dirigida al obispo de Triani (Italia), denunciara dichos errores. Además,
encargó la escritura de un documento al monje del monasterio de Estudios,
Nicetas Stetathos, con el mismo argumento. En definitiva, la diferente
concepción de los ritos se basaba en cuestiones tales como la comunión con pan
ácimo por parte de los latinos, el comer carnes sofocadas, suprimir el aleluya
en Cuaresma, ayunar los sábados, o la carencia de barba por parte de los
sacerdotes romanos.
La respuesta de Roma
no se hizo esperar, encargando al cardenal Humberto de Silva Cándida la
redacción de un manifiesto en que se ponían de relieve los errores de los
griegos, como el matrimonio de sus sacerdotes, y la supremacía universal del
Pontífice romano.
Aprovechando las
buenas relaciones establecidas con el emperador Constantino IX, el papa León IX
envió una legación a Miguel Cerulario con el fin de establecer conversaciones.
La elección de los representantes de Roma no fue muy feliz, al designar a los radicales
Humberto de Silva Cándida, al arzobispo Pedro de Amalfi y al Canciller de la
Iglesia romana, Federico de Lorena. Llegados a Constantinopla, las discusiones
no llegaron a buen término, en medio de un clima de tensión generado por la
presión popular contra los legados romanos. Las posturas se radicalizaron aun
más, prohibiendo el patriarca de Constantinopla decir misa a los romanos.
Estos, por su parte, el 16 de julio de 1054 depositaron en el altar de Santa
Sofía, en plena misa pública, una bula de excomunión contra Miguel Cerulario,
redactada con suma dureza. Su propósito era lograr el arrepentimiento del
patriarca, o bien que fuese depuesto por el emperador. Sin embargo, no contaban
con el apoyo del pueblo bizantino a su patriarca. Enconadas las posturas, nadie
reparó en la validez de la excomunión, por cuanto la muerte del papa León IX el
19 de abril anulaba los poderes concedidos a su legados quienes, por otra
parte, no estaban autorizados a promulgar una excomunión.
Miguel Cerulario
asumió encabezar una conspiración contra Miguel IV, sucesor de Constantino IX,
y ayudó a subir al trono a Isaac Comneno, siendo en 1058 desterrado por el
emperador.
Cardenal Humberto de Silva
Candida:
Oriundo de Borgoña,
estudió en la abadía de Moyenmoutier y en el año 1015 se hizo benedictino.
Fue secretario y
consejero del obispo de Toul, Bruno, que tras ser elegido Papa en el año 1049
con el nombre de León IX, lo creó cardenal obispo de la diócesis suburbicaria
de Santa Rufina (Silva Candida) y lo nombró además arzobispo de Palermo, aun
cuando no tomó nunca posesión de tal sede episcopal.
En 1049 participó en
el sínodo de Letrán donde apoyó la idea del Papa León de declarar nulas todas
las ordenaciones sacerdotales y episcopales realizadas por simonía. Sin
embargo, la moción encontró la fuerte oposición de Pedro Damián y del resto del
clero de Roma por el miedo a que las iglesias de Roma se quedaran sin
suficientes sacerdotes para los servicios litúrgicos. Aun así, parece que León
IX mandó reordenar a los acusados de simonía.1
Asertor del primado
romano, fue adversario de la unión con la Iglesia griega y contribuyó a hacer
irreparable la ruptura entre León IX y el patriarca de Constantinopla Miguel
Cerulario. Con Federico de Lorena y Pedro de Amalfi, fue enviado como legado papal
a Oriente para intentar una reconciliación pero, aun cuando fue acogido con
respeto por el emperador Constantino IX, el patriarca atacó ásperamente la idea
del primado petrino y el 16 de julio de 1054 en la iglesia de Santa Sofía, los
legados excomulgaron a Cerulario.
Fue un fuerte
sostenedor del primado pontificio y con profunda aversión a las investiduras
laicas. En el año 1058 sostuvo la elección al papado de Gerardo de Borgoña
(Nicolás II) y lo persuadió de convocar en Letrán un sínodo que el año
siguiente aprobó el decreto que excluye al emperador y a la aristocracia romana
de cualquier fase de la elección pontificia y que condenó explícitamente toda
forma de nicolaísmo y de simonía.
Y NO OS CANSO MÁS , YA OS SEGUIRE PONIENDO ALGUNA COSILLA POSTERIORMENTE.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)